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La Piedra Bruta y la Piedra Cúbica.

El progreso en la vida de un masón desde su estado primordial o profano de imperfección es un camino largo de altibajos que nunca termina, pero por el cual siempre anda en la búsqueda del ideal. Simbólicamente, el estado de ignorancia, limitaciones y ataduras del mundo se encuentra plasmado en la piedra bruta, la cual solo a través de un proceso continuo de aprendizaje, transformación y perfeccionamiento personal podría llegar a convertirse en piedra cúbica. Desde su iniciación, el neófito es confrontado con su Ser, ya que el estudio no es suficiente, solo a través de la disciplina y el trabajo constante es que se alcanzan los ideales. Sócrates afirmaba, que el primer paso hacia la sabiduría y la virtud es el autoconocimiento…"Conócete a ti mismo". En cada grado la masonería ofrece nuevas enseñanzas que, más que meros conocimientos intelectuales son herramientas para moldear el carácter y la conducta del ser humano, guiándolo hacia una comprensión más profunda de sí mismo y de su papel en la sociedad. Cabe señalar que, de igual forma, se debe distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no. Señalaba Epicteto, que la serenidad se alcanza dominando las propias emociones, aceptando el destino con ecuanimidad y viviendo conforme a la razón. El masón como obrero consciente y comprometido con la construcción de un mundo más justo y fraterno, antepondrá la razón en todo momento. Para esto, se debe partir desde la duda o método cartesiano como herramienta para alcanzar certeza de todo lo que se conoce. Si "Pienso, luego existo.", según Descartes, la vía para depurar creencias falsas y construir un pensamiento sólido es el aplicar la razón con rigor. Para alcanzar esto el ser humano debe comprometerse con acciones concretas de automejoramiento. Esto incluye el estudio continuo de las ciencias y las artes, la filosofía y la teología, la introspección diaria sobre sus acciones, el autocontrol tanto de pensamientos como de emociones, la práctica de la caridad y solidaridad y el servicio desinteresado hacia los demás. Para la construcción del "superhombre" de Nietzsche se debe construir un código personal en el cuestionamiento para redefinirla vida. Sobre todo, vivir la vida con intensidad, a pesar de los riesgos e incertidumbres perseguir las pasiones, ser auténticos y conscientes de cada decisión que se tome. En la masonería no hay cabida para el tibio o el mediocre que tiene miedo al destino, porque en nuestras filas se promueve la templanza. Por tanto, ser piedra cubica, no es más que una disciplina de vida, voluntad en el día a día, porque la ciencia y la virtud no son nada sin el orden. Solo con el tiempo y el esfuerzo se alcanza una mayor armonía interior y una conexión más profunda con los principios masónicos. Aquel que se convierte en maestro, sabe que el ideal masónico no es un punto fijo, sino un horizonte en constante movimiento, un impulso a seguir creciendo y contribuyendo al bien común. Así, el masón deja atrás la imperfección inicial, la piedra bruta, y se convierte en un obrero consciente, constante y comprometido con la construcción de su piedra cubica.

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Masónes, Guadalajara, Jalisco Mexico

Gran Logia Masónica Nikola Tesla

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