La oración como fuerza transformadora.
- RLSF:. Aurora
- 9 mar
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La oración como fuerza una transformadora es una práctica considerada universal y atemporal, la cual es parte de diversas culturas y religiones. Se considera que es una forma de comunicación con el ser divino o sagrado. Se dice que todos los seres humanos tenemos la necesidad de orar. En este sentido, el Papa Francisco expresó: "La oración es el acto más grande de humildad porque nos ponemos en manos de Dios y reconocemos que lo necesitamos.". Sin embargo, es importante saber distinguir la diferencia de conceptos relacionados como la devoción, el mantra, meditación, entre otros.
La Devoción abarca acciones, pensamientos y emociones, y se suele relacionar con la oración ya que ésta es una forma de expresarla. Por su parte, los Mantras, son frases o sonidos con intención, los cuales se relacionan con la oración por su similitud repetitiva, sin embargo, los mantras tienen como propósito principal la resonancia vibracional. Respecto a la Meditación, ésta se centra en el silencio interior o atención plena, en busca de la calma mental y el autoconocimiento, en contraste con la oración, la cual es un diálogo activo ya sea verbal o mental. En todas las religiones se habla de la oración, pero no todas la conciben de la misma manera. Por ejemplo, en la Biblia católica podemos encontrar referencias tales como Marcos 11:24 "Por tanto, os digo que todo lo que pidáis en oración, creed que lo recibiréis, y os vendrá.". Sin embargo, en el Budismo no se concibe a la oración como un llamado a la deidad para pedir favores, sino como una vía para potencializar las cualidades internas como la sabiduría y la paz interior. Es decir, se orienta hacia el desarrollo personal y la conexión con el universo.
En el Islam, la oración (Salat) es una obligación religiosa diaria que los conecta con Alá. Cabe mencionar que, aunque el Salat se puede realizar individualmente, tiene un componente comunitario importante que ayuda a los musulmanes a mantener una conexión constante con lo divino a lo largo del día. En el Corán encontramos la siguiente afirmación: "En verdad, aquellos que creen y obran correctamente, y establecen la oración y dan el zakat, tendrán su recompensa con su Señor."— (Surah Al-Baqarah, 2:277).
La oración, como fuerza espiritual, conecta al masón con el GADU creando un puente hacia la sabiduría y la luz interior.

El poder de la oración también se ha estudiado desde la perspectiva filosófica. Se dice que dicho poder no son solo las palabras que decimos, ni la frecuencia o la manera en la que las expresamos, mucho menos tiene que ver con la dirección hacia la cual nos inclinamos o la postura que tomamos en nuestro cuerpo. Cabe resaltar que ni el uso de artefactos, símbolos, velas, incienso o rosarios contribuye. El poder de la oración viene del Ser divino que escucha y se manifiesta a través de nuestra oración. A este respecto, Platón decía:
La oración es una forma de alinearse con el bien supremo.
Por su parte, Santo Tomás de Aquino decía que la oración es una elevación del Alma hacia Dios, de esta forma, el afirmaba que la oración es efectiva no porque cambie la voluntad divina, sino porque ayuda al ser humano a alcanzar su potencial espiritual. En contraste, Spinoza planteaba que, la verdadera oración es la contemplación de la naturaleza divina del universo. Por su parte, para la masonería la oración es vista como una forma de conectar con el Gran Arquitecto del Universo (GADU), el principio creador, único, supremo o divinidad que cada masón interpreta según su propia fe o concepción filosófica. Cabe señalar que, éste es precisamente el enfoque inclusivo permite a personas de diferentes religiones pertenecer a la orden y participar en los trabajos masónicos, respetando su libertad religiosa. Desde una perspectiva masónica, la oración puede entenderse como una meditación o reflexión dirigida hacia el perfeccionamiento personal y colectivo. Más que pedir favores divinos, busca alinear al individuo con los principios éticos, morales y espirituales que guían los trabajos masónicos. Lo cual podría resumirse en: "Ora como si todo dependiera de Dios. Trabaja como si todo dependiera de ti."— San Agustín.
El acto de orar refuerza la idea de que los masones trabajan bajo la inspiración de lo divino para construir un "templo interior". De tal forma, la oración se convierte en una herramienta de conexión espiritual y simbólica que permite trascender barreras religiosas para la búsqueda de la verdad. Representa un momento de introspección y reflexión, y que, al realizarlo en comunión con los hermanos, durante la cadena de unión, fortalece la fraternidad. La oración, en cadena de unión, transforma, porque ofrece un espacio de introspección y concentración. Al apartarnos del bullicio del trabajo y dirigirnos al Ser superior, en comunión con los hermanos podemos encontrar claridad y propósito. Esta práctica genera un cambio en la conciencia, al centrarse en lo esencial: La conexión con lo divino y con uno mismo. Así, el acto de concentración tiene un impacto positivo sobre el estado emocional y mental, ayudando a equilibrar la energía de todos los hermanos. Finalmente, desde una perspectiva espiritual, la oración actúa como un medio para purificar el alma, sobre todo al expresar gratitud, buscando la transformación interna.
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